Un matrimonio de gastrónomos franceses se sirve de un dos pisos Setra reformado para cumplir el sueño de su propio restaurante gourmet. Charles y Mélina Moncouyoux llevan ya tres años con «Le Bus 26», llevando la alta cocina hasta a las más pequeñas localidades de Auvernia.

Revista SetraWorld
Autocar-restaurante con vistas panorámicas
La reforma de un S 328 DT.
Autocar-restaurante con vistas panorámicas.
La reforma de un S 328 DT.
Se ha corrido la voz: para comer en el restaurante de Charles y Mélina Moncouyoux hay que reservar por anticipado. Las 26 plazas en las mesas del piso superior del autocar se agotan desde meses antes. «Queríamos ofrecer cocina de calidad a los pueblos y las aldeas sin restaurantes, pero sin que la gente tuviera que conducir hasta otro lado», refiere el cocinero jefe Charles Moncouyoux. «Necesitábamos entonces un vehículo en el que se pudiera instalar una cocina y un comedor, y el S 328 DT era perfecto para ello». El piso inferior alberga hoy una cocina profesional, despensa, oficina y el puesto del conductor. El elegante piso superior está equipado con mesas y sillas acolchadas.
Cuando Charles y Mélina compraron el S 328 DT usado a un operador turístico de Bretaña, el vehículo tenía solo 690.000 kilómetros. Buena razón, pues, para darle una segunda oportunidad. La reforma que siguió incluía dejar el piso superior con una altura uniforme de 1,85 metros y adaptar los ventanales, que hoy pueden abrirse de par en par ofreciendo un panorama sin obstáculos del paisaje. Se equipó además el autobús con depósito de agua, lavabos y suministro eléctrico propio para hacerlo totalmente autónomo. Todos los trabajos se efectuaron en estrecha consulta con Setra, para no vulnerar las indicaciones del fabricante ni los requisitos legales. Tampoco en el aspecto culinario ahorran ningún esfuerzo Charles y Mélina a la hora de satisfacer a su creciente clientela. El éxito les está dando la razón. «Todos los días tenemos todo reservado. Y los comensales —dice Charles— no vienen solo de los lugares en que para el autocar, sino que algunos llegan de muy lejos para probar nuestros platos».
«La combinación de elevadas aspiraciones y sencillez nos permite ofrecer una cocina caracterizada por la frescura de los productos y la autenticidad.»
Para que el éxito prosiga, el matrimonio no deja nada al azar. Su jornada, por tanto, empieza muy temprano. Al levantarse a las 6, lo primero que hace Charles es sentarse al volante del Setra y conducirlo, tarea nada fácil en las estrechas carreteras de la Auvernia. Pero logra visitar a sus distintos proveedores que les suministran productos locales frescos para sus menús de temporada, improvisados, pero siempre con mucha calidad. «La combinación de elevadas aspiraciones y sencillez nos permite ofrecer una cocina caracterizada por la frescura de los productos y la autenticidad»: así desarrolla su idea Mélina.
Tras las compras de primera mañana, hay que aparcar el autocar restaurante en el lugar adecuado antes de que Charles entre en la cocina. Allí pone a prueba su destreza y su imaginación culinarias. Mélina, entretanto, trabaja en la agenda y las tareas administrativas antes de transformarse en una perfecta Chef de Rang. La experiencia de ambos —junto a prestigiosos cocineros y en restaurantes de primera— les permite ofrecer a sus comensales un servicio totalmente nuevo. En la atmósfera del autocar, tan natural como hogareña, los invitados viven un inolvidable viaje de exploración culinaria