El autobús de línea ST 110 no solo fue el primer Setra con amortiguación neumática de serie, sino también uno de los nada más que dos autobuses existentes cuya carga útil supera la tara. Uno de los pocos ejemplares conservados pertenece a la colección de modelos antiguos de Setra.
Ligero, amplio, cómodo.
Setra Classic, la colección de modelos antiguos.
Casi terminó en el desguace. Tras haberse utilizado años como atracción infantil en Zweibrücken, llevado de un parque infantil a otro sin motor, engranaje ni equipamiento interior, se iba a darlo de baja definitivamente. Sin embargo, gracias a una feliz casualidad y al cliente de Setra Autokraft Kiel, este modelo ligero de línea viajó de vuelta a Ulm para incorporarse a la colección de vehículos antiguos.
De ello hace justo 30 años. Con incontables horas de trabajo, mucha destreza y bastante capacidad de improvisación, el equipo técnico de Setra logró que la desvencijada carrocería recuperase un estado que hace justicia a la importancia histórica del infrecuente vehículo.
Aunque Kässbohrer construyera en total solo unos 80 ejemplares del ST 110, el modelo es todo un hito en la historia de la fabricación de autobuses. Las ventajas en cuanto a diseño y rentabilidad de este modelo de línea, basado en un desarrollo conjunto de Kässbohrer y el empresario y diseñador de Oldenburg Theodor Pekol, siguen causando hoy la misma impresión que en 1958, fecha de nacimiento del ST 110. Con un peso que ronda los 6.000 kilogramos, dispone sin embargo de 7.500 kilogramos de carga útil, una proporción inalcanzada desde entonces. Y otro dato: 7.500 kilogramos de carga equivalen a 110 pasajeros: de ahí la denominación del modelo.
«Aunque Kässbohrer construyera en total solo unos 80 ejemplares del ST 110, el modelo es todo un hito en la historia de la fabricación de autobuses. »
Una tara tan baja se debe, entre otros factores, a su carrocería ligera en monocasco de aluminio, cubierta por una chapa también de aluminio, remachada sobre cuadernas anulares de metal ligero. Por ello, en el ST 110 de la colección de Setra se siguen viendo los típicos puntos de remachado que, a modo de sarpullido, se alinean por la pintura rojo oscuro de los laterales. La pieza, con número de bastidor 59068, viste hoy de rojo ferroviario con emblemas de los trenes alemanes de la época; no es el estado en que llegó el vehículo, sino un homenaje al que fue el mayor comprador del modelo. Casi todos los 80 ejemplares entregados funcionaron como autobuses ferroviarios en Múnich, Ravensburgo y Friedrichshafen, junto al lago de Constanza.
Otro hito constructivo, responsable también de la fantástica tara del vehículo, fue su elaboradísimo tren de marcha: la suspensión de ruedas independientes en los ejes delantero y trasero permitía montar ruedas independientes en el eje propulsor. Y, con ello, más comodidad de conducción que nunca hasta entonces, intensificada al utilizarse de serie en ambos ejes amortización neumática por primera vez en un autobús. Conductores y pasajeros, por tanto, no tuvieron más que elogios para el modelo.
La entrada baja, con solo un peldaño en ambas puertas, da fácil acceso al habitáculo del ST 110. El interior, generoso, con piso plano continuo hasta el eje trasero y asientos de a uno a lo largo de los laterales, da al visitante una acogedora sensación de amplitud pese a los tan solo 10,58 metros de largo y 2,50 de ancho.
Hoy, la trasera del ST 110 restaurado alberga de nuevo un Henschel de seis cilindros y disposición horizontal del tipo 522 DPU-K, con 92 kW/125 CV. Tras sus años de atracción infantil en Zweibrücken, el vehículo llegó a Ulm sin motor, pero quiso el azar que en lo más hondo del almacén de repuestos apareciese un motor original sin estrenar, con el que los técnicos de Setra insuflaron nueva vida al ST 110. Habría sido una verdadera pena verlo terminar en el desguace...