La tradición de la marca está llena de vida, a juzgar por la colección de vehículos de época Setra y sus clásicos perfectamente cuidados: la incorporación más reciente a la colección histórica es un Setra S 315 HDH de 1996: un modelo «Coach of the Year 1993» cuyo diseño y tecnología marcaron nuevas pautas en aquel momento.

Revista SetraWorld
Toda una joya cuidada con esmero
Colección de clásicos – El Setra S 315 HDH
Toda una joya cuidada con esmero.
Una tradición excepcional también constituye una obligación. Si además se cuida con tanto entusiasmo y pasión como la colección de vehículos clásicos Setra, se convierte en un placer. Esta colección única compuesta por 18 raros ejemplares muestra la historia de Setra de una forma impresionante, por ejemplo cuando el público ve autocares históricos concretos en la parrilla de salida de los rallies de autocares. O también cuando se presentan en las ferias especializadas, como recientemente en la Retro Classics de Stuttgart. Desde el S 8, el primer autocar Setra de 1951, hasta la incorporación más reciente: un Setra S 315 HDH construido en 1996. Un clásico muy joven, en comparación con el resto, pero que constituye un vehículo muy especial. Su antiguo propietario, el empresario de autocares suizo René Heiniger, lo ha protegido desde el principio en su nave bien acondicionada; el S 315 HDH presenta un estado inmejorable. Su pintura brilla como el mismo día en que se entregó y su tecnología ha sido cuidada de manera ejemplar.
Y todo ello a pesar de los 500.000 kilómetros realizados desde su matriculación en mayo de 1996 y el último viaje el pasado noviembre de camino a la colección de clásicos de Setra en Neu-Ulm. Así fue una vida de servicio de este S 315 HDH en «Heiniger Carreisen» de Uster, en el cantón de Zúrich: entre abril y octubre se viajaba regularmente a Venecia, Praga, Liubliana y Copenhague; en verano al lago de Garda, siguiendo los pasos de Guillermo Tell en el paso de Klausen o recorriendo otras muchas partes de Europa. En cualquier caso, este buque insignia de la empresa Heiniger disfrutó de un trato muy especial: al volante del 315 HDH se sentaba principalmente el jefe en persona. El lavado a mano se daba por supuesto y, además, el autocar pasaba el invierno siempre a cubierto. Aunque la despedida fue dura, René Heiniger se consuela pensando que pone su S 315 HDH en muy buenas manos.
1991: nuevo diseño, nuevas pautas para el sector.
La serie 300 fue muy significativa para la historia de Setra. Como ya ocurriera con las series precedentes, en el momento de su introducción en 1991 redefinió el sector de una forma que impresiona aún hoy. En aquellos tiempos, sus numerosas innovaciones orientadas al cliente asombraron incluso a los expertos. Algo que fascinó especialmente fueron las formas novedosas del autocar: por ejemplo, sus alas laterales sobre el eje delantero, que incluso en la actualidad realzan el diseño de Setra. O también el revolucionario sistema de retrovisores integrados, desarrollado por Setra y bautizado en su momento por el público especializado como «antenas de escarabajo». Los nuevos retrovisores exteriores otor- gaban al autocar no sólo una presencia inconfundible, sino también una visibilidad perimetral excepcional; no sólo hacia los lados sino también inmediatamente delante del autocar, un punto ciego hasta el momento. Bastaba una breve mirada al retrovisor regulable eléctricamente desde el interior para convencer a cualquier conductor de autocares de las ventajas del sistema. También René Heiniger reconoció rápidamente las cualidades de la nueva serie: «Cuando contemplé el S 315 HDH y su nacimiento en la planta de Neu-Ulm, lo supe de inmediato: este es mi autocar», recuerda Heiniger, de 59 años de edad.
«Cuando contemplé el S 315 HDH y su nacimiento en la planta de Neu-Ulm, lo supe de inmediato: este es mi autocar.»
En cierta medida, el S 315 HDH desarrollaba los conceptos de la serie precedente, la 200. Sin embargo, en materia de manejabilidad y mantenimiento, con la serie 300 «reinventamos» el autocar de largo recorrido: el indicador multifunción electrónico, utilizado por primera vez en un autocar, informaba al conductor del estado de todos los sistemas importantes. La indicación se realizaba automáticamente, o bien pulsando un botón de la palanca de la columna de la dirección, y utilizando distintos colores: rojo para los mensajes relativos a la seguridad de circulación, naranja para la seguridad de servicio. Además de los seis idiomas de serie para los mensajes de texto, podían incorporarse más idiomas sin problema alguno.
Una sencillez de mantenimiento ejemplar.
Durante la concepción del nuevo Setra S 315 HD, otro de los factores clave fue la facilidad de mantenimiento. En esta labor, el personal de servicio al cliente y los técnicos de mantenimiento aportaron una ayuda vital que permitió crear un autocar especialmente fácil de mantener y dotado de algunos extras nada habituales en aquellos tiempos. Algunos ejemplos son el tensado de las correas por aire comprimido, el embellecedor frontal fácilmente desmontable o un sistema lavaparabrisas accesible con toda facilidad. Todos los mensajes de fallo se almacenaban automáticamente en un microprocesador y podían ser analizados y eliminados con toda precisión en el taller. También el diseño del acceso al motor se centró en una mayor facilidad de mantenimiento.
Una gran ventaja para el cliente: a pesar de su amplio equipamiento de confort y sus dispositivos de seguridad, el autocar no pesaba más. Esto se logró gracias a la optimización estructural computarizada de los materiales utilizados, con respecto a la relación de la rigidez estructural global de la carrocería del autocar.
Jarrones para flores como equipamiento opcional.
Que Setra se adelantaba a su tiempo con la serie 300 lo atestigua el galardón «Coach of the Year» entregado ya en 1993 por un jurado de periodistas especializados. También lo refrenda su éxito de ventas: nada más y nada menos que 1686 unidades vendidas hasta la descatalogación de la serie y su sustitución por la serie 400 en 2001. El S 315 HDH de René Heiniger se equipó posteriormente con extras tales como una cámara frontal de gran angular y cámara de marcha atrás, reproductores de vídeo y DVD y una instalación de bucle de inducción para personas con discapacidad auditiva. Pero además –y esto fue un deseo especial de este suizo orientado al servicio– un jarrón para flores en cada montante de ventanilla.
«En este estado sensacional, el vehículo superaría el examen más estricto en cualquier lugar del mundo», afirma un entusiasmado Ottmar Steiner, mecánico jefe de Setra encargado de los autocares históricos, al incorporar el S 315 HDH a la colección de vehículos clásicos de Setra. Naturalmente, también se alegra de ahorrarse algo de trabajo, ya que la imprescindible restauración a cargo de estos expertos en vehículos de época puede esperar un poco cuando se trata de un clásico cuidado con tanta pasión.