En busca de autenticidad
Revista SetraWorld

En busca de autenticidad

Son las 7:30 h en el histórico barrio de los pescadores de Ulm. En medio de una callejuela adoquinada se distingue un gran autobús rojiblanco de la época del milagro económico alemán, un Setra S 9. Esta reliquia, posa en frente de una casa construida en 1480: el hogar de Karl Kässbohrer, el fundador de Setra. A pesar de que apenas son las 10 h de esta fría mañana de noviembre, un grupo de curiosos ya se encuentra alrededor del autobús haciéndose selfis.

BUS(Y)LIFE #6: 70 años de Setra – La embajadora de la tradición de la marca.

BUS(Y)LIFE #6: 70 años de Setra – La embajadora de la tradición de la marca.

BUS(Y)LIFE da a conocer la comunidad de autobuses compartiendo grandes historias contadas por conductores. En el sexto episodio, Sabine Honold, de SetraClassic, le lleva a un viaje de 70 años a través del tiempo.

La presentación de los autocares de época de Setra comienza en los años 50, con el nacimiento del Setra S 8. El viaje continúa hasta el gran éxito de la marca en 1959 con la serie 10, pasando por la creciente demanda de viajar en los años 70, hasta llegar a los autocares de piso súper elevado y, finalmente, el presente. Suba a bordo y viva la historia de Setra.

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Entre todo este bullicio se encuentra Sabine Honold. Ella gestiona la sección SetraClassic junto con la Casa Kässbohrer, el Salón Kässbohrer, la colección de vehículos Setra y el archivo de la marca. Siendo madre de tres hijos, no hay mucho que le pueda alterar: sabe que en el barrio de los pescadores no sobra el espacio y además conoce el Setra al dedillo. Junto con Martin Bahle, compañero de trabajo y conductor de autobús, nos guía hoy por los setenta años de historia de la empresa, dándonos una nueva percepción de la leyenda Setra. Va enlazando la fabricación del automóvil, el espíritu pionero, la pasión imparable por viajar y el rejuvenecimiento ineludible de todo un sector. «Ahora, cuando busco nuestra identidad de marca, hablo con los clientes y trato de averiguar cuál fue la época más importante para Kässbohrer y la marca Setra. De esta manera, puedo escuchar incontables anécdotas y experiencias conmovedoras en las que el punto convergente siempre es un autobús»— comenta Sabine Honold. Como el anteriormente mencionado Setra S 9 rojiblanco de 1959.

El S 9 fue un autocar de la primera serie modular de Setra. Con su carrocería autoportante, un motor trasero, impresionante para su época, las nueve filas de asientos y el acristalamiento panorámico, era el sueño de muchos alemanes que así querían satisfacer por fin el tan anhelado deseo de viajar. Con la serie 10, donde también se incluía el S 9, Kässbohrer racionalizó la producción. «Un vehículo básico y ocho modelos»— fue el planteamiento del por entonces gerente de autobuses. Se trataba de estandarizar elementos y se trataba de rentabilidad. Este último aspecto es lo que se intentó difundir directamente entre los clientes. Había nacido el principio modular, que aún prevalece en nuestros días.

«El autobús devolvió ilusiones que se creían perdidas.»

Y quizás es precisamente esa época la que ha caracterizado a la marca Setra de forma contundente. Los autobuses se convirtieron en vehículos destinados a visitas turísticas, aptos para largos recorridos, gracias a las numerosas ventajas de la construcción autoportante. «Devolvieron las ilusiones que se creían perdidas a toda una generación. La ilusión de viajar a países lejanos, disfrutar de unas vacaciones y de la Dolce Vita»— revela Sabine Honold.

El resurgimiento de las ciudades y municipios industriales requerían autobuses más resistentes y económicos. La fabricación de autobuses experimentó una repentino auge, igual que la empresa Kässbohrer, con sede en Ulm. En 1976, en el 25.º aniversario de la marca Setra, ya se habían entregado más de 20.000 vehículos clientes.

A finales de los años sesenta y principios de los setenta, la industria del turismo empezó a cambiar drásticamente. A pesar de la crisis del petróleo y del aumento del paro, el sector turístico experimenta un auge repentino. Sin embargo, más de la mitad de los turistas nacionales viajaban a su lugar de destino en su propio coche; llegando casi a suponer dos tercios en el caso de los viajes al extranjero, lo que causaba situaciones caóticas en las autopistas. Atascos kilométricos y numerosos accidentes estaban a la orden del día. Esta fue una de las razones por la cual cada vez son más los turistas que decidían viajar en avión. El paquete vacacional se convierte en tendencia. En el año 1970, el transporte aéreo crece más de un 20 por ciento, en comparación con el año anterior.

El viaje en autobús, que gozaba de tanta popularidad hasta ese momento, necesitaba urgentemente un rejuvenecimiento. Las empresas de autobuses atraían a los pasajeros con visitas especiales de estudios y con promociones. Obviamente, los fabricantes de autobuses también tuvieron que reaccionar. Se inició la época en la que los fabricantes y los empresarios buscaron un acercamiento y, uniendo fuerzas para abordar tareas de desarrollo. Como resultado de esto, en 1982 Kässbohrer, reaccionó ante la demanda de una mayor capacidad de asientos presentando el primer autocar de doble piso: el S 228 DT.

«El sector ideó algunas medidas para poder hacer frente al automóvil, al tren y al avión. A los grupos destinatarios más jóvenes y solventes se les atrajo con viajes culturales y más confort. El equipamiento estándar de los autocares Setra pronto incluyó cómodos asientos de reposo trasero, mayor distancia entre asientos, aire acondicionado, cocina a bordo y WC. Que, por cierto, sigue siendo un rasgo distintivo que aún hoy se atribuye a nuestra marca».

«Casi todos relacionan los autobuses de líneas redondeadas de los años sesenta con una experiencia viajera positiva.»

El Hall/Salón Kässbohrer alberga una colección de 25 objetos y muestra vehículos de hasta los años noventa. Aunque Sabine Honold personalmente solo ha vivido una pequeña parte de los 70 años de la historia de Setra, puede entender las emociones que embargan a los visitantes del Salón Kässbohrer. «A menudo noto cómo los distintos vehículos acaparan la atención en nuestra sala. Casi todos relacionan los autobuses de líneas redondeadas de los años sesenta con una experiencia positiva. Sin embargo, quien se sumerja en la historia de nuestros vehículos a partir de mediados de los ochenta, suele asociar la estética “anticuada” del autobús con un puesto de trabajo pragmático o el útil diseño exterior. Injustamente, como sabemos. Ya la serie 300 determinó de manera significativa la imagen moderna del autobús a principios de los años noventa.»

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Quienes conocen la marca saben a qué nos referimos: la serie 300 presentó un concepto de espejos totalmente innovador y un montante B curvado que en la serie 400 recibió el nombre de La Línea.

Quizás, para poder entender realmente los valores de la marca, primero haya que echar un vistazo a la gama actual de modelos Setra. Es donde quedan patentes los valores que constituyen la marca. Los vehículos transmiten perfección, pasión y estética. Con gran confianza, defienden su promesa de eficiencia económica y su intransigente concepto de seguridad.

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